jueves, 30 de octubre de 2008

LA LIBERTAD DE EXPRESION, LA CORONA Y OTROS MENESTERES

Que decir de la libertad de expresión. Cuando estamos a punto de que nuestra Carta Magna cumpla 30 añitos, nos hemos ido dando cuenta de que a veces este derecho se puede violar dependiendo a quién toque de cerca esa opinión, véase por ejemplo los chistes de la revista humorística El Jueves sobre determinados momentos privados de la vida del príncipe heredero, que por supuesto todos imaginamos que son así, como en cualquier matrimonio, pero somos tan hipócritas que no podemos decirlo, y todo esto por que la institución de la corona es inviolable. Pues vaya tela. Yo creo que tan inviolable es la vida privada de la casa real, como la del señor Ermenejildo que vive en la casa de enfrente.
Y estando en estos pensamientos, sale a la luz pública un libro titulado La reina muy de cerca escrito por la periodista Pilar Urbano y en donde la reina opina sobre temas que han sido y que son polémica de actualidad por su trascendencia política, como la Ley del Aborto, la Ley Entre Personas del Mismo Sexo, la eutanasia o la enseñanza de la religión en los colegios.
Ciertamente y no seré yo quién lo niege, todo el mundo tenemos derecho a opinar sobre lo que queramos y a hacerlo de la forma que queramos, siempre desde el respeto hacia el otro y siendo necesariamente respetada por el otro, al menos así es como yo lo entiendo. Podemos hacerlo públicamente o de forma privada. El problema se plantea cuando es la Casa Real quién opina. Según nuestra Constitución en su Titulo II se habla de la Corona y sus funciones y en su art. 56 en el párrafo 1 se expresa claramente una de sus principales atribuciones que es la de arbitrar y moderar, precisamente unos de los principios básicos expresados en el Titulo Preliminar donde en su art. 1 entre otras cosas se habla de la soberanía nacional y de cual es la forma en la que se organiza el estado español en su párrafo 3 como una monarquía parlamentaria, es decir que el pueblo, elige a sus representantes por sufragio universal, desde el cual emanan todos los poderes del estado, incluso el de la corona que nunca deberá adoptar ninguna posición debiendose quedar por encima y al margen de cualquier debate político.
Dicho todo esto ¿la Casa Real tiene el derecho de la libertad de expresión y pensamiento?, por supuesto que sí, como cualquier español, el problema esta en que su opiniones no pueden salirse del principio de arbitraje y moderación, antes mencionado, pues de otra forma estarían vulnerando ese principio. No vale decir que esas declaraciones las ha hecho en el ámbito privado y a titulo particular pues las esta haciendo delante de una periodista que pretende publicar un libro autorizado por la Casa Real y que según la autora ha sido revisado por la propia Casa Real. Por lo tanto, ¿donde estuvo el problema?, a mi juicio en que nunca debió de manifestar esos pensamientos en el contexto de la entrevista, ni tan siquiera a titulo particular porque la Reina Consorte no es un particular cualquiera, tiene una posición privilegiada con respecto al resto de los ciudadanos españoles y los que creo recordar son los que sustentan y mantienen esa posición, aunque me pese y con todos mis respetos, desde los Presupuestos del Estado. La Reina puede tener sus opiniones, pero para poder expresarlas ha de hacerlo desde fuera de su posición privilegiada.
¿Que decir del aborto? Creo que no estoy ni a favor ni en contra, que es una decisión particular de persona misma, decisión que hay que respetar y valorar en la justa medida en la que la ley prevea. Hasta el año 1985 creo recordar solo podían tener acceso a esta práctica, precisamente aquellos que lo aborrecían, pues eran los únicos que podían permitirse un viajecito a Londres para poder limpiar su honra entrando en el terreno de la dulce hipocresía en la que desgraciadamente vivimos. Hoy en España, por suerte, todas la mujeres tienen ese derecho. De la eutanasia, es un tema tan delicado y espinoso, que ni tan siquiera me atrevo a opinar, porque es tan particular. Uno debe elegir desde la libertad de su propia existencia y creo que no es una decisión fácil, pero en fin, cada uno es cada uno. En cuanto a los matrimonios gays, pues eso, la sexualidad es una opción y cada uno toma el camino que cree correcto. El amor es algo en lo que el ser humano no tiene potestad, y cuando se presenta pues eso, hay que aprovecharlo. Que mas da que se llame matrimonio, unión o de cualquier otra forma, lo importante es lo que esas dos personas quieren hacer con sus vidas. La figura del matrimonio, es un concepto jurídico, y a nivel religioso ha de quedarse en el ámbito personal de la creencia de cada uno, pero repito lo importante no es el hecho en si, sino los sentimientos y de que forma quiero vivirlos desde mi libertad. Y por último la enseñanza de la religión en los colegios. La religión como los otros tres temas anteriores son cuestiones particulares de cada uno que entran dentro del ámbito privado. Yo, particularmente soy creyente, y creo que la religión o mejor dicho sus principios éticos y morales, no enseñan nada malo y digo esto porque la religión es un invento que cada creencia manipula a su antojo. Los principios éticos y morales son inherentes al ser humano, y la religión los acoge en su seno y los dirige hacía sus propios intereses, por lo tanto la religión ha de estudiarse en el ámbito donde se expresa, en las iglesias y parroquias, nunca en los colegios que han de dedicarse a formar personas y nunca a orientar a determinada posición en este caso religiosa.
Todos los temas antes mencionados tienen que ver o están ligados con el ámbito religioso y deje claro que soy creyente, pero gracias a Dios la sociedad avanza, el ser humano ha de crecer y vivir acorde a los tiempos y por lo tanto a de abrir su mente hacia nuevos horizontes. Puede parecer hipocrita decir que soy creyente y aceptar los supuestos anteriores, pero creanme cuando les digo que desde mi creencia también me duele que la Iglesia no me ha impuesto mis creencias, provienen de la experiencia particular y personal en mi vida. Soy crítico con las cosas de los hombres y la religión es una de ellas, pero en el fondo creo. Pero podría pensarse que por el hecho de ser creyente tendría que repudiar todo lo anterior, pero creanme que también tendría que repudiar tantas y tantas cosas que me duelen de las que se han hecho en nombre de la religión que profeso, tantas tropelías en nombre de Dios como por ejemplo en las Cruzadas Medievales, con la llegada al nuevo mundo y tantas y tantas cosas como darle la razón a Galileo, eso si unos cuantos siglos después, jajajajajajajajajajajajajajajaj, ustedes perdones pero me da risa, porque por todas estas cosas tendría que renegar de mi fe, pero no lo hago porque ya digo, es mi experiencia personal lo que me mueve a creer determinadas cosas y no lo que determinados burócratas purpurados quieran imponerme.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leerme, espero que mi humilde opinión te sirva al menos para mover tu pensamiento. Gracias de nuevo.