jueves, 25 de septiembre de 2008

CARPE DIEM...

Hoy amaneció lloviendo. Mario recordaba con nostalgia días pasados. A través de la ventanilla de su coche divisaba un horizonte emborronado por negros nubarrones, los mismos que habían traído las primeras lluvias del otoño. Los recuerdos se le amontonaban en su mente. Han sido unos días maravillosos, tengo que saborearlos y no dejar pasar la oportunidad de seguir disfrutando este momento -se decía a si mismo-. A Mario le preocupaba una cosa sobremanera, la filmación de hoy era importante, muy importante. Necesitaba pensar en ello para transmitirle toda su energía y cualquier tipo de vibración positiva para que ella se sintiera mas segura. De todas formas ella estaba lo sufientemente preparada para pasar la prueba. Las horas pasaron y no recibía ninguna noticia y Mario empezaba a ponerse nervioso, ¿que habrá pasado?.
Estaba llegando a su destino, y el aguacero arreciaba por momentos sin dar que pensar que pronto terminaría. Por un momento pensó en su buena estrella y eso le hizo sentir mejor. El luminoso del andén rezaba "3 minutos hasta el próximo tren", y de eso hacia ya 20 minutos, tiempo que dedico a pensar en ella...

lunes, 22 de septiembre de 2008

¿ME REGALAS UNA SONRISA ?

Una visión diferente, Por Claudia Andrea

Mariela no daba crédito a aquella maravillosa experiencia, pensó que era casi una aventura, algo pasajero, que tenía que vivir porque así lo sentía, algo la empujaba a hacerlo, pero de todas formas tenía miedo, miedo que no hizo eco …Pensaba que era una aventura, sin embargo, poco a poco comenzó a extrañar, primero su mirada, su olor, su sonrisa, su presencia, sus palabras…su forma de amar, porque cada instante al entregarse era volar por la inmensidad de los sentidos, era volar más allá de la propia habitación, era sentir tan profundamente cada estela de movimiento, cada delicioso sonido, cada sensación impensada que grabó sin querer en su piel y en sus recuerdos…Al regreso a casa, en una van…comenzaron los primeros ….

¿ME REGALAS UNA SONRISA?

Mariela no daba credito a aquella maravillosa experiencia. Su respiración entrecortada le hizo saber que le necesitaba. Los recuerdos de aquellos días en los que tanto había soñado, se empezaron a emborronar en su mente. Perpleja y confundida vertió sus lágrimas amargas sobre las sábanas, mojándolas. Sentía que había tocado el cielo sin haberlo buscado, y ahora estaba descendiendo a los infiernos. ¿Como era posible conciliar aquella insólita situación?. Había corrido mucho hasta llegar allí, una carrera frenética entre sus fantasmas y los de él. Nunca hubiera imaginado que en tan corto espacio de tiempo se pudiera llegar a sentir tanto. Por un instante miró al espejo y vio reflejada sus sonrisa, aquella sonrisa que en la mañana al despertar tanto le fascinaba a él. De repente recordó lo que la había llevado al baño, lavarse los dientes.....